El cifrado de disco, que debía proteger, se ha convertido en una trampa para usuarios desprevenidos.

Tras instalar las actualizaciones de seguridad de octubre, en algunos dispositivos con Windows los usuarios comenzaron a experimentar un arranque inesperado del sistema en el modo de recuperación de BitLocker. La confirmación del problema apareció en los canales oficiales de Microsoft: la falla afectó a varias versiones del sistema operativo: Windows 10 22H2, Windows 11 24H2 y 25H2.
Según los desarrolladores, el fallo se manifiesta principalmente en ordenadores con procesadores Intel en los que se utiliza el modo Modern Standby. Es una función especial de ahorro de energía en la que el dispositivo permanece parcialmente activo durante el reposo, mantiene la conexión de red y puede despertarse de inmediato. Sin embargo, la activación de Modern Standby no debería provocar la reacción de seguridad del sistema ni forzar su entrada en el modo de recuperación de BitLocker, que está previsto para casos de amenazas potenciales —por ejemplo, al cambiar la configuración del hardware o por fallos en TPM y en el firmware.
A pesar de lo preocupante del suceso, los datos de los usuarios permanecen a salvo —siempre que se conozca la clave de recuperación de BitLocker. Tras introducirla, el sistema continúa el arranque con normalidad. Microsoft declaró que está trabajando en una corrección y ya ofrece a los administradores aplicar la política Known Issue Rollback, que permite revertir los cambios que causaron la falla.
Se han observado incidentes similares antes. Por ejemplo, una situación parecida ocurrió en primavera, cuando las actualizaciones de mayo de 2025 también llevaron a la activación del modo de recuperación de BitLocker en algunos sistemas con Windows 10. Ante el hecho de que Microsoft ahora incluye el cifrado de disco por defecto en todas las ediciones de Windows 11, se recomienda encarecidamente a los usuarios que guarden con antelación las claves de recuperación. De lo contrario, incluso fallos menores pueden provocar una pérdida temporal de acceso a los datos.
Microsoft vuelve a ser criticada por la falta de respuesta rápida y por la insuficiente información a los usuarios finales. A pesar de la importancia del cifrado integrado como medida de protección de datos, estas fallas minan la confianza en los mecanismos de seguridad y crean riesgos, especialmente en entornos corporativos.