Voló 129 km y hasta lanzó tropas paracaidistas. ¿Ya no hacen falta pilotos?

En el ejército de EE. UU. realizó una prueba, que hasta hace poco parecía ciencia ficción: un sargento de la Guardia Nacional sin formación de piloto aprendió en una hora a pilotar un helicóptero militar Black Hawk — desde una tableta. La aeronave con el sistema MATRIX completó una serie de misiones en modo totalmente automático.
La prueba se efectuó en agosto en el polígono Camp Grayling en el estado de Míchigan. El helicóptero fue desarrollado por Sikorsky, parte de Lockheed Martin, en el marco del programa Aircrew Labor In-cockpit Automation System (ALIAS), financiado por DARPA. La agencia aprobó el proyecto en otoño de 2024 y asignó seis millones de dólares para desarrollar un Black Hawk opcionalmente tripulado (OPV), un helicóptero capaz de operar de forma autónoma o bajo control humano.
El operador militar con la tableta planificó la ruta, activó el sistema y envió el helicóptero a una misión de 70 millas náuticas (aproximadamente 129 kilómetros). La aeronave entregó una carga y luego, por orden de una embarcación de la Guardia Costera, regresó al lago Hurón e hizo dos lanzamientos de paracaídas precisos. Es la primera vez que un Black Hawk fue controlado directamente por un combatiente sin la intervención de pilotos e ingenieros.
Además, el sistema completó otros dos escenarios. En un vuelo el helicóptero transportó en suspensión un depósito de agua ("water buffalo tank"). En otro, realizó seis suspensiones para recuperar contenedores de lanzamiento del sistema HIMARS y practicó la evacuación de un supuesto herido, transfiriendo al "lesionado" desde la aeronave automática a un helicóptero pilotado manualmente "cola con cola".
A bordo había pilotos y personal militar listos para asumir el control si era necesario; sin embargo, según Lockheed Martin, la intervención no fue necesaria — el sistema completó con éxito todo el ciclo de vuelos.
Según el vicepresidente de Sikorsky, Rich Benton, las pruebas mostraron que la tecnología está lista para su aplicación práctica. Los Black Hawk opcionalmente tripulados podrán aliviar a las tripulaciones, realizando tareas rutinarias o salidas en zonas peligrosas, donde el modo autónomo reducirá el riesgo para las personas. En esas misiones el helicóptero actúa como un gran vehículo aéreo no tripulado, capaz de transportar carga y evacuar a heridos.
La representante de Lockheed Martin Sara Zirpolo precisó que el objetivo del programa no es reemplazar a los pilotos, sino ampliar sus capacidades. La aeronave conserva el control manual, pero puede volar bajo el control de cualquier militar familiarizado con la interfaz de la tableta. Según la compañía, se tarda menos de una hora en dominar el sistema.
En DARPA aún no revelan si aparecerán nuevos ejemplares; no obstante, las pruebas en Míchigan confirmaron: la tecnología funciona de manera fiable. Controlar el pesado Black Hawk ahora no requiere cabina ni palanca de control, sino solo una tableta, la conexión al sistema y la confianza de que la inteligencia artificial llevará la misión hasta el final.