Ciudad sin coches, rascacielos al revés y las ambiciones del príncipe heredero: qué salió mal con Neom, la megalópolis saudí de 500.000 millones de dólares

Ciudad sin coches, rascacielos al revés y las ambiciones del príncipe heredero: qué salió mal con Neom, la megalópolis saudí de 500.000 millones de dólares

En Neom ocurre algo muy distinto a lo que se dice en público — y los propios participantes lo reconocen.

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El proyecto del futurista megalópolis Neom en Arabia Saudita, concebido como una grandiosa vitrina arquitectónica de las ambiciones del príncipe heredero Mohammed bin Salman, atraviesa una crisis de gran magnitud. Según investigación reciente de Financial Times, desde dentro el proyecto parece cada vez menos realista —incluso para quienes son responsables de su implementación. Ante el incumplimiento de plazos, la reducción de planes y la falta de financiamiento, el alcance inicial da paso a dudas y pronósticos inquietantes.

El elemento central de Neom debía ser el proyecto «Line» de 170 kilómetros de longitud —una ciudad-corredor estrecha, diseñada para 9 millones de habitantes y completamente libre de automóviles. Los planes arquitectónicos incluían elementos que desde el inicio suscitaron preguntas entre los ingenieros. Uno de ellos fue un rascacielos de 30 plantas con apariencia de candelabro, suspendido boca abajo sobre la bahía.

Los especialistas advirtieron que suspender una estructura tan pesada a esa altura, en condiciones de rotación de la Tierra y de cargas de viento, era una solución dudosa desde el punto de vista ingenieril. Existía el riesgo de que la estructura comenzara a oscilar y pudiera desprenderse hacia abajo.

A pesar de las declaraciones sobre la importancia estratégica del proyecto, la situación actual está lejos de las ambiciones declaradas. Según Financial Times, hasta la fecha en el desierto solo se han excavado zanjas y se han colocado pilotes, y la financiación de la primera fase se ha reducido considerablemente. En Neom afirman que será «un proyecto para generaciones», pero participantes de la obra reconocen que el ritmo se ha ralentizado drásticamente. El único proyecto donde los trabajos avanzan activamente sigue siendo la estación de esquí Trojena, que está prevista para los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029.

Un problema serio sigue siendo la falta de inversiones. Aunque algunas familias acomodadas de Arabia Saudita han aportado sumas simbólicas, no se produjo el flujo de fondos esperado por parte de socios extranjeros. Ante solicitudes constantes de financiamiento adicional, el proyecto «Line» comenzó a competir por recursos con otras divisiones de Neom, lo que llevó a una mayor fragmentación del presupuesto. Uno de los directores de las obras declaró abiertamente que no cree en la realización de los planes anunciados.

El proyecto, concebido como la prueba de la capacidad del país para ir más allá de la monarquía tradicional y convertirse en un centro tecnológicamente avanzado con foco en la inteligencia artificial y las tecnologías ambientales, corre el riesgo de convertirse en el símbolo del fracaso de las reformas.

Mientras las autoridades de Arabia Saudita intentan presentarse como actores clave en la infraestructura digital global, el aspecto constructivo de su estrategia, al parecer, está fracasando estrepitosamente. Con los problemas de Neom también aumenta la crítica sobre las condiciones laborales: según Human Rights Watch, durante la construcción podrían haber muerto cientos de migrantes.

Al final, el que fuera un grandioso símbolo del futuro, Neom se está convirtiendo rápidamente en un ejemplo visible de cómo las promesas rimbombantes pueden estrellarse contra la falta de realismo ingenieril, de confianza de los inversores y de flexibilidad política.

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