Activistas y periodistas tendrán acceso gratuito a comunicaciones "no rastreables" protegidas frente a bloqueadores de señal y escuchas.

Activistas y periodistas tendrán acceso gratuito a comunicaciones "no rastreables" protegidas frente a bloqueadores de señal y escuchas.

Surge una forma de comunicación que ni los servicios secretos, ni los ex celosos ni la delincuencia pueden interceptar.

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Ha surgido una forma para que activistas, periodistas y víctimas de acosadores utilicen la telefonía móvil que no se rastrea y oculta completamente la ubicación del abonado. El nuevo servicio, que se volvió gratuito para grupos vulnerables, fue lanzado por la organización de defensa de derechos Electronic Frontier Foundation (EFF) y por el operador Cape Mobile, especializado en comunicaciones privadas. Afirman que este servicio puede proteger a personas sometidas a vigilancia o amenazas, y ya es popular entre figuras públicas y periodistas que temen persecución por parte del Estado o de adversarios.

EFF recordó que las autoridades con frecuencia emplean medios técnicos de vigilancia para monitorear protestas, acciones de migrantes, mujeres que buscan abortos y otros grupos. Según representantes de la organización, el nuevo servicio ayuda a devolver a los usuarios el control sobre sus comunicaciones personales y no permite rastrear sus desplazamientos.

Cape Mobile lanzó su propio operador privado, Obscura, hace poco más de un año. El proveedor se hizo rápidamente demandado entre periodistas y activistas. En octubre de 2025 la revista Time lo reconoció como «Invento del año» en la categoría «Privacidad y seguridad». Este servicio ya es utilizado por algunos representantes de organismos estatales, personajes conocidos y miembros del ejército de EE. UU.

La principal ventaja de Obscura es su resistencia a los dispositivos interceptores, conocidos como Stingray o IMSI-catcher. Estos aparatos imitan estaciones base de redes móviles, forzando a los teléfonos a conectarse a ellos y a revelar identificadores, metadatos de llamadas y a veces incluso el contenido de los mensajes. Según EFF, tales dispositivos son usados por el FBI, la NSA, el Servicio Secreto, ICE, el ejército y otras entidades. Pueden recopilar información de cientos de teléfonos en su radio de acción sin orden judicial ni consentimiento de los ciudadanos.

Explicando el principio de protección, el director de Cape Mobile, John Doyle, señaló que el servicio utiliza un mecanismo proxy especial que verifica la coherencia entre la ubicación física del dispositivo y la red a la que se conecta. Si el sistema detecta anomalías, la conexión se bloquea. Esa arquitectura dificulta la suplantación de estaciones base y la interceptación de la señal.

Doyle recordó que la vulnerabilidad de las redes de radio no solo la aprovechan los servicios de inteligencia: el equipo para esos ataques se puede comprar en internet por 50–100 dólares. Al mismo tiempo, industrias enteras fabrican modelos más avanzados para las fuerzas del orden, lo que genera una carrera tecnológica entre fabricantes y defensores de la privacidad. Según él, dispositivos de este tipo con frecuencia se despliegan durante protestas masivas: los detectores de Cape el año pasado registraron señales sospechosas incluso en la convención del Partido Demócrata de EE. UU.

Además de la protección contra la interceptación, Cape ofrece la mínima recopilación de datos. Para registrarse no se requiere nombre, dirección ni número de seguridad social. Para el pago solo se utiliza una tarjeta bancaria y el código postal, y la operación se tokeniza. El procesamiento se realiza a través de la pasarela de pagos Stripe, y en cargos recurrentes la información no se almacena.

Una función separada previene los ataques de SIM swapping. El número del usuario está vinculado a una frase mnemotécnica de 24 palabras que forma una clave privada única. Sin ella, no es posible transferir el número. También se contempla el cifrado del buzón de voz y la protección contra la transferencia no autorizada de la cuenta.

Una audiencia importante del proyecto han sido las víctimas de malos tratos físicos domésticos y de la trata de personas. Kristin Malhern, excolaboradora del Centro de seguridad y apoyo a personas afectadas, subraya que la comunicación anónima es vital para quienes intentan ocultarse de un perseguidor. Según ella, los atacantes con frecuencia instalan dispositivos de rastreo en los teléfonos, y la falta de recursos impide a las víctimas comprar una nueva tarjeta SIM o pagar un plan. El acceso gratuito a una comunicación protegida puede ser para ellas la única oportunidad de preservar su seguridad.

Doyle añade que los usuarios sienten no solo una protección técnica, sino también psicológica: saben que su teléfono ya no es un eslabón vulnerable. Cape y EFF garantizan que los datos de los participantes en el programa no se divulgarán sin su consentimiento.

Los fundadores del proyecto creen que este enfoque de la comunicación móvil será el estándar en el futuro. Según Doyle, mientras los servicios de internet aprendieron a ocultar direcciones IP, cifrar el tráfico y cambiar los identificadores MAC, la industria de telecomunicaciones sigue rezagada en materia de privacidad. EFF continúa desarrollando la iniciativa, y Cape trabaja en una nueva función que ampliará la protección contra el rastreo. Se planea presentarla el próximo año.

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