Meta quiere legalizar el robo de ideas. Incluso el juez quedó desconcertado ante tal descaro.

Meta quiere legalizar el robo de ideas. Incluso el juez quedó desconcertado ante tal descaro.

La inteligencia artificial está reescribiendo las reglas de la creatividad, y a los creadores no les gusta.

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En San Francisco se llevaron a cabo audiencias sobre un caso que podría sentar un precedente legal para toda la industria de la inteligencia artificial. Se trata de un litigio entre un grupo de autores y la empresa Meta, que utilizó sus obras para entrenar su modelo de lenguaje Llama. El juez del tribunal de distrito de EE. UU., Vince Chhabria, expresó dudas sobre la legalidad de esta práctica y criticó los argumentos de la defensa basados en la doctrina del uso justo.

La demanda se originó por la sospecha de que Meta entrenó su modelo con obras del escritor Junot Díaz, la comediante Sarah Silverman y otros, sin obtener permiso ni pagar compensación. Los representantes de los demandantes afirman que se utilizaron versiones pirata de los libros y que el resultado final fue la generación de textos capaces de competir con las obras originales.

Los abogados de Meta insisten en que las acciones de la empresa están amparadas por la doctrina del uso justo, ya que los materiales se utilizaron para crear textos nuevos y transformados, y no para copiarlos literalmente. Además, en su opinión, una licencia obligatoria frenaría el desarrollo de la multimillonaria industria de la inteligencia artificial.

Sin embargo, el juez Chhabria puso en duda este enfoque. Señaló que, incluso con un alto nivel de transformación, el uso masivo de obras protegidas podría alterar o destruir por completo el mercado para los autores originales. Según él, se está creando un producto capaz de generar un número infinito de materiales competidores, y eso es difícil de considerar justo.

Durante las audiencias también surgieron otros puntos controvertidos. Un representante de Meta afirmó que los autores no tienen derecho a protegerse de la competencia en el "espacio de mercado de las ideas". A lo que el juez respondió que usar obras ajenas para construir nuevas ideas sin permiso constituye precisamente una infracción de los derechos de autor.

No obstante, también expresó dudas sobre si los demandantes han demostrado suficientemente cómo las acciones de Meta afectaron las ventas de sus libros. En particular, no está convencido de que la generación de miles de millones de textos nuevos pueda realmente socavar el interés por las memorias de Sarah Silverman.

Este proceso podría desempeñar un papel clave en la definición de los límites del uso aceptable de materiales protegidos por derechos de autor para entrenar IA. Ya se han presentado demandas similares contra otras empresas tecnológicas, incluidas OpenAI y Anthropic. Ante el rápido crecimiento de los modelos generativos y su aplicación en diversos ámbitos, los tribunales de EE. UU. se enfrentan a la necesidad de evaluar legalmente el uso de contenido sin el consentimiento de los titulares de los derechos.

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