¿Podemos confiar en lo que leemos?
En solo dos años desde el lanzamiento de ChatGPT, la inteligencia artificial se ha convertido en coautora invisible de millones de textos —desde reclamaciones ante entidades financieras hasta comunicados de prensa corporativos y mensajes de la ONU. Un estudio de investigadores de la Universidad de Stanford por primera vez mostró la magnitud de este fenómeno, analizando más de 1,5 millones de documentos de cuatro ámbitos distintos: reclamaciones de consumidores, publicaciones corporativas, ofertas de empleo y comunicados de prensa internacionales.
Los investigadores concluyeron que, ya a finales de 2024, el 18% de las reclamaciones de consumidores estadounidenses, el 24% de los comunicados corporativos, casi el 10% de las ofertas de empleo en empresas pequeñas y el 14% de los mensajes de la ONU contenían textos total o parcialmente creados con la ayuda de modelos de lenguaje. Este resultado no solo registra una nueva tendencia tecnológica: muestra hasta qué punto la inteligencia artificial generativa se ha infiltrado en el ámbito de las comunicaciones públicas.
El análisis abarcó el periodo de enero de 2022 a septiembre de 2024 y reveló una dinámica característica: un marcado aumento del interés por los modelos de lenguaje (LLM) tres o cuatro meses después del lanzamiento de ChatGPT en noviembre de 2022 y una gradual estabilización de las tasas hacia finales de 2023. En las reclamaciones financieras, por ejemplo, la proporción de textos automatizados aumentó del 1,5% a casi el 18%, y en los comunicados corporativos pasó del 2–3% a una cuarta parte de todas las publicaciones. Además, la IA se usa especialmente en empresas jóvenes: las organizaciones fundadas después de 2015 emplean generadores de texto en las ofertas de empleo el doble que las empresas más antiguas, y las compañías con pocos empleados lo hacen más que las grandes corporaciones.
Los comunicados de la ONU, donde tradicionalmente hay un alto nivel de preparación manual de los materiales, también mostraron un acelerado aumento de la automatización. Si a principios de 2023 solo el 3% de los mensajes se habían creado parcialmente con la ayuda de la IA, para el otoño de 2024 esa proporción alcanzó casi el 14%, y en algunas oficinas regionales llegó hasta el 20%. Los autores del estudio sugieren que, en situaciones de crisis, los modelos de lenguaje ayudaron a acelerar la publicación de noticias e informes, lo que los convirtió en una herramienta útil incluso en estructuras internacionales.
Resulta interesante que, a nivel de consumidores, se observe la imagen inversa de la habitual desigualdad digital. En las regiones con menor nivel educativo, la proporción de reclamaciones escritas con ayuda de la IA fue mayor —alrededor del 20% frente al 17% en las zonas más educadas. Los investigadores explican que los modelos de lenguaje reducen la barrera para presentar reclamaciones oficiales, permitiendo a las personas formular con mayor precisión sus quejas y describir los problemas.
En el ámbito empresarial, los LLM se utilizan para acelerar publicaciones rutinarias, especialmente en las categorías «negocios y finanzas» y «ciencia y tecnología». Las empresas buscan aumentar la eficiencia y reducir los costos del contenido; sin embargo, los investigadores señalan la otra cara: la automatización excesiva puede llevar a la despersonalización de los textos y a una menor confianza en los comunicados corporativos.
En el mercado laboral la redacción automatizada ya está cambiando el proceso de contratación. Las ofertas de empleo generadas con IA suelen verse más homogéneas, lo que, según los investigadores, dificulta a los candidatos entender los requisitos reales del empleador. Las empresas jóvenes experimentan con estos instrumentos con más frecuencia, mientras que las estructuras jerárquicas y más antiguas actúan con más cautela, probablemente debido a restricciones regulatorias y a preocupaciones por la reputación.
El equipo de Stanford subraya que los resultados obtenidos son solo una estimación mínima de la escala real. Los modelos de lenguaje modernos son cada vez más difíciles de distinguir de un humano, por lo que una parte significativa de los textos generados por IA puede pasar desapercibida incluso en los análisis estadísticos.
La principal conclusión del trabajo: la inteligencia artificial generativa dejó de ser una herramienta de nicho y se convirtió en un elemento generalizado de la comunicación cotidiana. Ya influye en la estrategia empresarial de las compañías, en la transparencia de los mensajes gubernamentales e incluso en la forma en que los ciudadanos expresan su descontento con el sistema. El siguiente paso, según los autores, será evaluar no solo la escala sino también las consecuencias de esta «segunda alfabetización» —cuando cualquiera puede escribir y determinar quién lo hizo ya es casi imposible.