Ante el aumento de ataques impulsados por IA, proteger la nube y reforzar las copias de seguridad se convierten en prioridad

La confianza masiva de las empresas en su propia ciberresiliencia se enfrenta a una nueva ola de amenazas —esta vez procedentes de la inteligencia artificial. Según el informe OpenText Cybersecurity de 2025, el 95% de las organizaciones de todo el mundo está convencido de que podrá recuperarse tras un ataque de ransomware. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja: solo el 15% de las víctimas recuperó realmente todos los datos, y cada vez más incidentes se vinculan al uso de la IA con fines ofensivos.
El estudio, que abarcó a casi 1.800 profesionales de seguridad y directivos empresariales de EE. UU., Canadá, Europa y Australia, muestra que la confianza aumenta a la par que los riesgos. Las empresas están adoptando activamente herramientas generativas que mejoran la eficiencia, pero al mismo tiempo abren nuevas vulnerabilidades. Casi el 90% de los encuestados permite a los empleados usar servicios de IA, sin embargo menos de la mitad (48%) ha formalizado reglas de uso en las políticas. Especialmente vulnerables son las pequeñas y medianas empresas, donde tales medidas se adoptaron solo en el 43% de los casos.
El problema se agrava no solo por errores internos, sino por dependencias externas. Uno de cada cuatro registró una intrusión a través de proveedores de software, y casi la mitad (45%) de las empresas que sufrieron cifrado de datos pagó el rescate. Además, el 30% transfirió a los atacantes sumas superiores a 250.000 dólares, pero solo el 2% restauró completamente el sistema. A pesar de ello, tres cuartas partes de las organizaciones empezaron a verificar sistemáticamente a sus contratistas e implementar procedimientos de gestión de actualizaciones.
Más de la mitad de los encuestados reconoció un aumento del phishing y de los ataques con elementos de inteligencia artificial, y el 44% se enfrentó a intentos de suplantación de identidad mediante deepfakes. Las principales preocupaciones son las filtraciones de datos (29%), los ataques automatizados (27%) y los vídeos falsos (16%). Al mismo tiempo, el 71% de los altos directivos incluyó la amenaza del ransomware entre los tres principales riesgos empresariales, y dos tercios señalaron que socios y clientes empezaron a interesarse regularmente por el nivel de protección de la empresa.
Los planes para 2026 reflejan este cambio de prioridades: las empresas planean invertir sobre todo en la protección de infraestructuras en la nube (58%), copias de seguridad (52%) y formación del personal (52%). Casi el 80% ya realiza formaciones regulares en seguridad de la información, aunque el 4% no tiene tales iniciativas.
OpenText Cybersecurity señala que enfrentar el ransomware ahora exige no solo medidas internas, sino también una estrecha colaboración entre organizaciones, proveedores y socios tecnológicos. Solo así se podrán cerrar las vulnerabilidades antes de que la inteligencia artificial, que se está convirtiendo rápidamente en una nueva herramienta de los cibercriminales, las explote.